viernes, 25 de enero de 2019

Te sueño

He soñado tanto tiempo con esa libertad de la que me hablabas que ahora ya no sé despertarme.

En mis manos cansadas hay tinta negra de los poemas que te escribí,  hay sangre, de las heridas que me abrió la vida, y flores amarillas por la esperanza que sigo encontrando todos los días cuando amanece.
Aunque no te parezca real soy la misma, tengo el mismo cabello negro que se enreda con el viento, los mismos lunares en los labios, la misma forma de mirarte, solo que por todo el tiempo que ha pasado desde que te fuiste he cambiado aquí arriba. Ese caos que me provocó tu partida me dejó marca. Me hizo avanzar, aunque fuera a golpes.
Todos los días me levanto sabiendo que el mundo ya no es lo que era y que nunca volverá a serlo, porque pese a las dificultades esta vez estoy decidida a vivir.. Estoy aprendiendo a hacerlo; a vivir sola, de mi mundo y sin miedo.
He cambiado porque ahora soy más fuerte y es que del dolor y las lágrimas entendí que aferrarse al sueño protagónico de un libro al que no le quedan páginas es absurdo. Ahora veo que a nuestro tiempo le quedaban escasos segundos y esa fue la razón de tu partida, no nos quedaban páginas, y tú supiste verlo antes que yo. No obstante, al final entendí que yo no pertenezco al escenario de tus letras. 

Si ahora nos encontráramos sabrías que en mi mirada ya no hay hueco para lamentarme de lo que pudo ser y al final no, ni de los poemas que firmé bajo tu nombre, porque de todo eso aprendí que por todas las heridas que llevo dentro ahora nada pude derribarme.
Ahora solo sueño con la libertad que me ofrecías, y a mi manera voy consiguiendo tenerla.

He soñado tanto tiempo con tu nombre, que ahora ya no sé pronunciarlo.

Karen T.