Debí decirte que amaba tus ojos color miel, que nada me habría gustado más que abrazarte hasta verte profundamente dormido, que una parte de mí se enamoró de tu alma y de ese atardecer que veía en tus ojos cuando de vez en cuando, y sin tú pretenderlo, nuestras miradas se cruzaban en medio de esa aula de música.
Debí decirte que fuiste muy especial para mí, que tu amistad me caló hondo, y fuiste la primera persona que supo sobre mi vida fuera de ese lugar verde. Que te quise como mi única y mejor amiga, y que siempre pensé (y sigo pensando, amiga mía), que el día que diga "sí quiero", quiero que estés ahí conmigo. "Mi michi". Y tú mi otra mitad, el dúo dinámico, te acuerdas aún?
Debí decir tantas cosas... aferrarme a lo hermoso que me dio la vida, porque sí, siempre tuve la maravillosa suerte de encontrarme con personas especiales en mi camino, y siempre las dejé ir.
Hoy que echo la vista atrás, recuerdo esa juventud a través de ese amor platónico por el chico de ojos tristes, a través de las tardes esperando verlo llegar junto a esa chica de pelo largo, a través de mi cuaderno de matemáticas donde solo dibujaba y escribía canciones tristes, a través de mis sentimientos desbordados cuando me mirabas, y de pronto me he hecho mayor. 22 años, 22 ya. Y dime, donde está la chica triste de uñas negras y collar de héroes del silencio, que miraba la vida a través de la ventana de su clase de bachiller?