¿Hace cuanto tiempo está lloviendo ahí afuera?
¿Cuántos años han pasado ya?
No estoy triste, aunque a veces mi terquedad me arrastre hacía esos lugares. Estoy extraña, rara, sin reconocer todavía este sentir que me acongoja. Hace fresco aquí, como al final del verano cuando de pronto en Septiembre llueve y te das cuenta que las cosas bonitas que dejó el verano se quedarán atrás cuando llegue la rutina. Con la diferencia de que el verano (El Último Verano) no me dejó nada bonito.
Hace días que algo ronda aquí dentro mía, un sentimiento que me apachurra el corazón cuando intento poner orden, un latir que recorre todo mi cuerpo desde el centro hasta el último centímetro de mi piel, y palpita tan fuerte que puedo distinguirlo entre el ruido de esta ajetreada ciudad cuando voy camino al trabajo.
Presiento que algo está por suceder, que dentro de poco algo va a cambiar el rumbo de las cosas...
¿Será la vida que me está despertando? ¿Seré yo, que por fin estoy despertando a vivir?
Ayer lo hablaba con mamá, hemos pasado tantos años dormidas... sobreviviendo, existiendo sin más, y de pronto llueve, la vida no se detuvo nunca ahí fuera. Se terminó El Último Verano y es hora de volver a la rutina, es hora de volver a la vida.
K
