viernes, 29 de septiembre de 2023

Un nunca

 Siempre soñé con esos cuentos de hadas que terminan con un "y fueron felices por siempre". 

Desde bien pequeñita me sentaba frente al televisor y desde las cinco de la tarde veía telenovelas con mi mamá, soñando con esos amores imposibles que a base de esfuerzos y alguna que otra lágrima, terminan venciendo. 

El día que te conocí la vida me cambió, de forma inexplicable, pero sabía que eras tú a quien había esperado toda mi vida. No tuve segundo de dudar, en cuanto abrí esa puerta y te vi sabía que ibas a ser tú. Y cuando me dijiste tu nombre, me diste dos besos y pusiste tu mano en mi cintura ya no había vuelta atrás. Crecí soñando con esos amores imposibles, ¿verdad? ¿Y que más imposible que tú y yo? Supongo que fue una broma del destino, porque aquél por siempre se me cambió por un por nunca, y me quedé con el corazón roto viendo como te alejabas de mi vida.

No tengo dudas de que fue real o sino no me dolería de esta manera: como un fuego que me quema por dentro y me arranca las lágrimas. Y creo que solo el amor verdadero puede sentirse así. Fue real, sé que lo fue, sé que mi amor lo era, que me entregué en cada abrazo, en cada beso, en cada mirada, todo fue real, para mí lo fue, jamás dudé de lo que sentía, y no lo dudo, este amor, el amor que te di jamás podrá dártelo nadie, nunca. 

Nunca se vuelve a amar de la misma manera, y nunca te aman igual dos veces, y yo te amé tanto, que es imposible que nadie pueda entregarte ni una cuarta parte de todo lo que yo te di. Y aunque tengo el corazón roto en mil pedazos, tengo la tranquilidad de que era real, tú y yo, en algún momento, en algún lugar de esta ciudad, nos amamos tanto que siempre vivirá toda nuestra historia.

Siempre vivirán nuestras miradas en aquél bar, mi sonrisa mientras tú hablabas y de la nada dijiste "Que bonita sonrisa tienes", el primer beso que me diste, tu risa de después, ese día siempre vivirá en aquel lugar. Nada podrá borrarlo. 

Siempre vivirá nuestra historia, aquel amor prohibido e imposible, y todos los obstáculos que vencimos, y que un día decidiste olvidar, pero ahí están, siempre estarán, pase lo que pase, nada podrá borrarlo. La primera conversación con mi mamá, la primera vez que salimos al puerto y comimos palomitas, las primeras fotos, las primeras salidas, todo siempre estará ahí. 

Y ¿sabes qué vivirá siempre? ¿por sobre todas las cosas y por sobre el paso del tiempo? El amor honesto y leal que te entregué, ese siempre estará ahí, en algún lugar de esta ciudad, en los restaurantes que visitamos, en las calles que recorrimos, en las salas de cine y las palomitas que comimos, en mi sofá, en el Mercadona aquel, en tu habitación, en la salida del hospital, en mi portal, en los girasoles, en los tulipanes, en esos nachos, en la playa de Poble Nou, en tu pulsera, en tu anillo, en cada carta que te di. Ahí estará, para siempre. Porque lo que es verdadero sobrevive, existe y jamás desaparece, y lo que yo te di fue y será lo más honesto, leal y verdadero que nadie te dará jamás. Porque te amé, te amé pese a todo, y contra todo, te amé tanto que hasta hubiera dado mi vida por ti, y eso siempre vivirá en todos los lugares que visitamos, donde nos amamos, y sobretodo vivirá por siempre y para siempre, por sobre el paso del tiempo y de la vida, en un lugar del que nunca se borrará: en tu memoria, en tu corazón, en ti.

La vida no es una telenovela, los amores imposibles no siempre triunfan, el nuestro no lo hizo, pero este cuento cumplió con dos tópicos imprescindibles: con una princesa (yo), y con un "vivieron [...] por siempre", que aunque no felices ni nosotros literalmente, toda nuestra historia y mi recuerdo sí vivirá, viviré, viviremos en ti.


Que más puedo pedir - Carin León 


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