viernes, 3 de febrero de 2023

Mi soledad y yo

Siempre he estado gritando a todo pulmón sin que nadie me escuche. 

No entiendo la vida. 

Cuantas veces habré repetido esta frase?

No sé cómo vivir.

Cuantas veces no me habré sentido así?

Nunca nadie supo verme realmente, nunca nadie vio mi corazón, ese que latía aterrado cada vez que me miraban y de mi brazo solo colgaba mi soledad. Ese que se avergonzaba cuando me preguntaban por aquellos que jamás se voltearon a mirarme. Nadie supo nunca como me encerraba en el baño a llorar mientras afuera nadie preguntaba por mí y porqué siempre antes de cada evento me sentaba en el plato de ducha a llorar desconsoladamente. 

Nadie nunca vio como solo pedía que alguien se girase a mirarme y escuchara como a gritos pedía ayuda. Nadie nunca me miró. Pero yo siempre miré a todos, siempre estuve del brazo de alguien, escuchando sus corazones palpitar, escuchando como gritaban y llorando sus penas juntos con ellos. Mientras las mías nadie las lloró junto conmigo.  

Siempre deseé sentirme en casa, siempre deseé que alguien pudiera verme, explicarle todo lo que soy, todos mis sueños, mis anhelos, contarte a alguien absolutamente todo de mí. 

Decirle que me emociono mucho cuando alguien me regala algo que me gusta, y no por el regalo sino por recordar mis gustos, decirle que hay canciones, películas y recuerdos "azules" y explicarle porqué lo son. Contarte a alguien como pienso, como siento, como soy, porqué me gustan tanto las rosas, porqué aprendí a amar los girasoles, contarle porqué tengo una cicatriz en la rodilla izquiera, porqué me apareció de la nada un lunar bajo la nariz. Nunca pude admitir que tras esa indiferencia y valentía solo había un corazón cálido que a gritos pedía que lo viesen. 

Que cada vez que me miraban y pasaban por mi lado susurraba "mírame, mírame, mírame". 

Toda mi vida estuve gritando por ayuda y nunca nadie me ayudó.