miércoles, 3 de noviembre de 2021

Hasta que... llegó el adiós.

 Esta será la última carta que te escriba, la última vez que me dirija a ti siendo todavía parte tuya. Cuando firme habré resuelto mi destino, escogiendo la senda que siempre estuvo prohibida. 

Quisiera poder decirte tantas cosas... pero me asusta flaquear en mi decisión. No debería, si fuera algo seguro, pero ni quedándome tendría el alma tranquila. Porque las preguntas seguirían estando allí. He pensado mucho en lo que me espera fuera de tu camino, en si podré ser feliz, en si tendré lo que busco, en si me arrepentiré de esta decisión. Pero prefiero averiguarlo y darme el lujo de cometer un error, a vivir siempre la vida que otros han escrito por mí. 

Ojalá tuviera el valor de enfrentarme a ti, de ponerme a tus pies y decirte que me voy, pero me aterra enfrentarte y que me digas "te estás equivocando". Aunque siendo honesta me asusta más que me pidas que me quede. Sin embargo, estoy casi segura de que no lo harás. Supongo que nos hemos lastimado mucho.  Y mira que nos queríamos.. te juro que habría hecho cualquier cosa por ti, pero cuando vi mi futuro gris, me rendí, tiré la toalla y entonces me di cuenta de que por más que corriese jamás llegaría a la meta de ser aquella niña feliz y con la vida perfecta, que siempre anhelé. Nunca podré tener el primer puesto, porque aunque fuese la primera en llegar a la meta, mi medalla siempre sería de bronce. Pensé que tú lo entenderías, y que algún día, tras muchas carreras, muchas lesiones, y mucho sudor y lágrimas, sabrías recompensar mi esfuerzo, que llegaría el día en que me pondrías en el podio y me darías la medalla de oro. Pero mira, trece años han pasado, y nunca supiste verme entre la multitud... 

Mientras yo cruzaba tierra, mar y cielo por llegar a ti, veía a otros que sin hacer esfuerzo recibían todo lo que yo siempre soñé. No pedía demasiado y confié en que algún día todo se resolvería a mi favor. Sin embargo nunca fue así, y tuve que entender que nunca me darías nada, y que los años que te quise y te entregué fue tiempo perdido. 

Y hoy tomo la decisión de irme, de dejar de correr en esta dirección, aunque como bien sabrás hace 4 veranos que mientras mi cuerpo sigue aquí, mi mente y mi corazón ya corren en otra dirección. Y hoy me topo con la dura realidad de que es inviable pretender correr tras dos metas, si una ya la tengo perdida de antemano, y por la otra ni siquiera he empezado a correr. 

Espero que entiendas mi decisión, y que ante todas las cosas sepas que te quise, que de verdad pensé llegar a ese paraíso que me prometías, que pensé llevar la vida que me habías escrito, y renunciar a mis sueños si así lo conseguía. Quiero que sepas que más de una vez estuve dispuesta a entregarlo todo por ti, y que aunque me duela recordarlo y admitirlo, fui muy feliz en esa vida que escogí cuando tenía 8 años. Siempre guardaré buenos recuerdos de los años que corrí esa carrera, y los llevaré para siempre conmigo, porque nuestras vivencias y creencias nos hacen ser, y soy esta por todo lo que aprendí de ti y de ellos. Por favor, si todavía me escuchas te pido que cuides de ellos y entrégame resignación para entender que a partir de ahora nuestras vidas ya no serán paralelas sino tangentes.

Te quise, te quise de verdad, y es más, todavía siento que te quiero, pero nos hemos alejado demasiado, y no tengo fuerzas para seguir corriendo tras de ti. Necesito por primera vez en mi vida buscar mi felicidad, hallar mi camino, y hallarme a mí en él. Necesito abrir mis alas y explorar este mundo tan maravilloso al que hasta ahora había permanecido ajena. Debo darme la oportunidad de vivir. 

El último verano me llevó a morir, de ahí a renacer y de eso a querer ser libre por primera vez. Quizá aquí bajo tu manto de cuidado y protección jamás sufriré, pero y "vivir? No puedo morir sin saber qué es estar viva al cien por ciento. Y aunque eso me conlleve dolor, estoy dispuesta a entregarlo todo. 

Bien sabes como soy, y siempre he entregado todo a cambio de ser feliz. Hoy es momento de quitarte lo que te di, y entregármelo a mí misma. 

Sé en lo más profundo de mi corazón que me entiendes, y que sabes que en mis defectos e imperfección humana hice todo cuanto estuvo a mi alcance, que siendo tan solo una cría te escogí y te entregué mi vida, y que nunca hubo nadie que te quisiera tanto como yo a ti, nadie que confiase tanto como yo hice contigo, pero no fue suficiente. Quiero pensar que simplemente las cosas tuvieron que ser así. 

Te quiero, y te agradezco por estos 13 años en los que aprendí muchas cosas que no pienso olvidar ni echar en saco roto, prometo siempre recordar lo que me enseñaste, y tratar de no decepcionarte demasiado. No puedo quedarme, pero te pido que cuides de todos los que estoy a punto de dejar atrás. Ayúdalos a llegar a la meta, y cuídalos. 

Voy a estar bien, porque sé que esta es la mejor decisión para mí. Quizá volvamos a vernos pronto.  Pero ha llegado el día, así que te entrego esta carta con la esperanza de que todavía me escuches. Y no sin antes decirte que si te he fallado, si me he equivocado en el camino y te hice daño, te pido sinceramente que me perdones. Perdóname, y recuerda por favor que soy solo un ser humano imperfecto. 

Y te entrego esta carta, para decirte que fui feliz y te quise hasta que llegó el día de decir adiós. 


Atentamente, Michelle. 


Natural Light - Ludovico Einaudi