viernes, 7 de febrero de 2020

La Primavera II

El tiempo ha ido pasando y todo tomó forma. Al final las cosas se acomodaron por sí solas. Y eso que un día parecía mo haber solución. 

He cambiado, muchísimo y a veces me duele al pensarlo. Me he perdido para encontrarme, salvarme y seguir aquí con vida. 
He llorado hasta sentir que no había esperanza, pero tras todo eso solo vino la calma. Una tranquilidad que inunda la sala de estar cuando son las 12 del medio día. E incluso de noche, cuando todos se han ido a dormir y me quedo sentada en el sofá mirando por la ventana. La vida es tan distinta a la que yo esperaba... 
Pero sigo teniendo miedo, pequeñito, escondido en mi corazón, un pálpito tembloroso que me entra de solo pensar en los giros que puede dar el cuento. 
Pero estos últimos meses he intentado olvidarlo, evadirme un rato de mi realidad, quiero disfrutar más tiempo del calor del invierno, de pasear a mi perro cuando llueve y ver lo feliz que es. 
Quiero estar bien, aunque eso me impida hacer muchas cosas, quiero reír, aunque eso me arrebate muchas otras, pero quiero por una sola vez sentirme alguien normal, común y corriente, alguien real, aún si eso significa resignarme a perder lo que más amo. Pero acepto la resignación, acepto la pérdida, y acepto el adiós. 

En mi corazón le di la bienvenida hace mucho a la primavera, pero seguimos en Febrero y a veces sigue lloviendo. Pero puedo sentir el calor de la estación de flores y mariposas revoloteando entre sus pétalos. Es que si tan solo pudiera explicar esta calma que me acompaña... 
Me siento tan viva, tan real... y mi piel no está fría, y me miro a los ojos y veo vida, y tengo ganas de vivirla, y tengo ganas de saltar al vacío solo por volar, por volar lejos, sacar alas-fuerza y recibir la vida como venga. 

Solo quiero decirte algo: lo logré. Estoy siendo feliz. 

K

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